2 x 1 MinLand

Si hay algo que Changmin odio es que no le preste atención cuando el la precisa y aquel día no estaba dispuesto a ceder a ninguna de sus exigencias, simplemente no me apetecía.

- Hyung eres un idiota. - Las palabras salieron de Changmin tan naturales que casi parecía una realidad absoluta.

- ¿Ah? pero ¿A que viene eso Changmin? -Pregunte con cara de indignación, mirándole a la cara ya un poco harto de comerme todas las insolencias de aquel niño grande. Contra más crecía su cuerpo, menos inocencia quedaba en su cuerpo aparte de que su idiotez aumentaba a un ritmo alarmante.

Nos encontrábamos en la cocina, o mejor dicho, Changmin llego a la cocina sin previo aviso diciendo me esas palabras con su tono mas "cariñoso". No era ni medio día, todos los miembros ya se habían ido en su día "libre" menos yo. Yo siempre o casi siempre me quedaba en casa, a mi bola, ya que era normalmente mi familia la que se acercaba a mi.

Realmente no sabía bien que tripa se le había roto a Changmin ese día, que no había salido de su habitación en ningún momento. No bajo a desayunar ni a despedirse de los demás, según Yoochun "estaba en uno de esos días" La verdad es que no llegue a entender bien a que se refería y todo lo que respecta a Changmin refiriéndose a sus cambios de humor es bastante complicado de explicar.

Había días en los que estaba realmente de buen humor, regalaba sonrisas a cualquiera que se encontraba, pero si ese mismo día se le cruzaba un clave ya solo obtendríamos tonos sarcásticos y totalmente desagradables saliendo de su boca. Porque él era así, si algo no iba como él había planeado automáticamente todo el mundo a su alrededor ser alejaba sabiendo de buena mano que acercársele en esos momentos no era para nada una buena idea. Pero había peores situaciones... Cuando ya, directamente, se despertaba de mal humor.

 Changmin no es del tipo que se descarga con cualquiera, el caso es que yo no era cualquiera para el, y por eso me utilizaba de muñeco anti-estrés. Había tantos tontos detalles que a Min no le gustaban de mi que siempre que tenia oportunidad me los echaba en cara, a lo que yo le respondía con lo mismo, ya que el también tenia manías realmente extrañas lo que hacia que ese juego de quejas fuera infinito.

Eso pasaba si yo estaba de buen humor, pero hoy no era ese día, había dormido realmente mal y poco y no tenia ganas de aguantar a mi dongsaeng lo que ponía las cosas mas feas. Si a eso le agregamos que no había nadie en casa, la mezcla era realmente explosiva.

- No te hagas el listillo conmigo Hyung, se que has sido tu quien me ha hecho esto y no me gusta nada, estoy esperando a que te confieses y me des una disculpa. - Changmin me miraba enfadado al tiempo que sacaba del bolsillo de su chándal gris un pequeño aparato que yo reconocí al instante. Se trataba de su Mp3 favorito; Favorito porque se lo regalamos por su cumpleaños cuando Junsu le perdió uno por accidente y el le tenia especial cariño.

Mire el aparato enarcando una ceja sin entender por donde iban los tiros. Suspire pesadamente.

- Sea lo que sea no he sido yo, no se de que me hablas. - Cogí el aparato y lo encendí, funcionaba perfectamente. - Ahora eres tú quien me debe una disculpa a mí. - Note que en el aparato no había ni una sola canción pero no me pareció nada importante así que se lo devolví y me fui al salón, ignorándolo sabiendas de que Changmin nunca se disculparía conmigo.

Changmin me siguió con el ceño fruncido. Otro suspiro se escapo de entre mis labios cuando me senté y note como se colocaba justo en frente de mí. Nunca dejaría que yo tuviera la ultima palabra, claro esta, pero a ese juego también se jugar yo, le conteste ante de que me reprochara.

- Lo que te moleste, no me importa, yo no le he hecho nada a tu Mp3 así que déjame en paz, vete a quejarte a otro hoy no tengo ganas de aguantar su rabietas. - Vale, no tenia que haberle hablado así, porque con eso solo conseguí que nuestra disputa fuera a más.

Discutimos y discutimos casi toda la mañana. Él me acusaba, injustamente, de haber borrado todas sus canciones del susodicho Mp3. Yo argumentaba en mi defensa que no toque su maldito aparato desde la última vez que me lo dejo, no soy el tipo de personas que coge las cosas sin permiso y las devuelve estropeadas. Pero por supuesto Changmin no quería oírme y estaba casi seguro de que no lo haría en todo el día así que decidí pasar de él llegados a un punto de la disputa.

Molesto yo y molesto él acabo yéndose solo a comer fuera, muy enfadado como estaba.

Yo me tumbe en el sofá, con las piernas colgando por uno de los brazos del mismo y un brazo sobre los ojos, el tercer suspiro de día salido de nuevo de mi boca.

- Tsk... ¿Quien es el idiota aquí? ... - Cerré los ojos y deje que el estrés y el cansancio se fueran poco a poco mientras el manto de Morfeo me envolvía lenta y placenteramente. No recuerdo bien cuando me quede dormido exactamente pero lo necesitaba, aunque fuera en un encima sofá como este.

Abrí los ojos después de unas horas, ya no me encontraba tan cansado como antes, y todo el enfado que había en mi interior había desaparecido. "Cuando vuelva Changmin me disculpare con él, espero que me escuche" pensé mientras me incorporada de aquí sofá de color oscuro para poder sentarme correctamente mientras estiraba mis entumecidos músculos.

Bostece de manera bastante escandalosa, estando seguro de que nadie se encontraba en la casa. Para mí sorpresa, me equivocaba....

Un niño de unos 14 o 15 años con cara tiernísima, de piel morena, pelo corto castaño claro, ojos rasgados de un color café, profundos e inocentes. Me observaba sentado en la otra esquina del sofá que se encontraba en diagonal al mió. Llevaba puesto un jersey de lana grueso blanco, de cuello vuelto y unos pantalones grises oscuros anchos, las manos estaba posadas sobre las rodillas, la forma en la que sus labios hacían un leve puchero me daba a entender que estaba a punto de llorar o mejor dicho que no era muy feliz en ese momento.

- Hyung... al fin despiertas... -El niño al fin hablo, yo estaba con la boca literalmente abierta, observando al niño que estaba ante mi, me di cuenta de algo y cada minuto que pasaba era mas consciente de la realidad. Ese muchacho era Changmin. -Hyung...

- ¿Changmin? ¿eres tu? pero qué te ha.... -El chico se levanto apresuradamente y se echo en mi regazo, abrazándome con fuerza.

- Hyung, tú me quieres ¿verdad? ¿Verdad que si? -Las palabras de joven Changmin eran demasiado rápidas, parecía que en cualquier momento su voz fuera a desaparecer para dejar paso a un llanto descontrolado.

Esta claro que el niño que me abrazaba con fuerza, estampando su lindo rostro sobre mi regazo y que me abraza con tal fuerza me pedía una respuesta inmediata, pero yo no era capaz de darle algo así ya que el simple hecho de que Changmin, mi Changmin vuelva a ser... bueno, el inocente Changmin que conocemos todos por besar gatetes en Hug... era simplemente increíble, me dejo sin articular palabra.

- Hyung~~ respóndeme ¿me quieres? -El chico me pedía una respuesta. Cuando al fin reaccione, mire la cabecita que posaba sobre mis piernas. Pase mi mano casi de forma instintiva sobre su cabeza, acariciando su pelo, suave y lacio.

- Claro que te quiero, Chagmin. Me haces unas preguntas muy tontas con respuestas obvias. -Le hable dulcemente, de forma tierna y suave. El chico levanto la cabeza para mirarme con los ojos vidriosos sin aflojar ni un poco el agarre que tenia sobre mi.

- ¿D-De verdad?

- Claro que si, tu hyung nunca te mentiría. -Le resolví el pelo mientras mantenía una sonrisa sincera.

- ¿Me quieres más que a él? -Me pregunto esta vez señalando a algo que se debía encontrar detrás de mí.

Gire mi rostro y allí estaba él, el Changmin actual, mirándonos con la sorpresa y desprecio reflejada en el rostro.

Ahora si que ya no entendía nada de lo que estaba pasando ¿dos Changmins? ¿No tenia suficiente con uno ya?

No entendía nada de lo que estaba pasando. Por una parte tenia a MiniChangmin abrazado a mi piernas y por otro tenia detrás al Changmin del tipo implacable y adulto mirándome ferozmente. ¿Todavía seguía dormido?

- ¿Dos? pero... ¿que significa esto? -Volví a mirar al Min pequeño, este ahora solo me sonreía ya que no le había respondido a su última pregunta, asumió que le quería mas a el que al otro. Lo que realmente no tenía ningún sentido ya que los dos son las misma persona, ¿o no?

Ahora el Changmin adulto apoyo los codos en el respaldo del sofá donde me encontraba, acerco la cabeza hasta mi altura, dejándome notar su aliento en mi mejilla, el me miraba de reojo igual que yo a el. Este movimiento no le gusto demasiado al pequeño Min ya que se aferro con mas fuerza de la que ya hacia a mi piernas mirando con desconfianza al grande.

- ¿No vas responder a la pregunta del pequeño? -La expresión de desprecio desapareció para dar lugar a una sonrisa juguetona. El más joven al ver el acercamiento del mayor dejo de abrazarme las piernas, para levantarse rápidamente y sentase sobre mis rodillas abrazándose ahora a mi cuello posesivamente con el ceño fruncido. El mas alto de la sala solo se aparto un poco para girar la cara y verme mejor, yo hice lo mismo quedando nuestras bocas a escasos centímetros. - ¿Y bien? -insistió.

Trague saliva, cometiendo el error de que mis ojos fueran a pasar directamente a sus labios, como siempre resecos pero aun así igual de tentadores.

- Los dos sois Changmin, os amo a los dos por igual. - Termine diciendo aquello al tiempo que apartaba mi rostro para mirar al frente algo avergonzado por los pensamientos anteriores.

Parece que mi respuesta no le gusto a ninguno de los dos ya que pusieron cara de desagrado respectivamente.

- Yo no soy él. - Dijo el pequeño.

-Ni él soy yo. - Termino el alto.

-Nosotros somos diferentes, ¿A quien amas más de los dos? -hablaron a la vez, como si lo hubieran ensayado.

-Yo... os amo a los dos. - Continué. - Ósea yo amo a Changmin... - Empezaba a hacerme un lió con mis propias palabras.

- Jaejoong... ¿eres idiota? - Termino diciéndome el alto con una sonrisa irónica. - Yo soy Changmin, pero no soy el Changmin del que te enamoraste. - Negó con la cabeza. - Yo soy el cuerpo que tanto envidias y deseas al mismo tiempo. Desear no es lo mismo que amar.

- Yo soy el Changmin del que te enamoraste. El inocente y pequeño Minnie. - El más pequeño me sonreía tiernamente pero con un deje de tristeza al mismo tiempo. - Pero tu a mi no me deseas... no deseas tomar mi cuerpo y sinceramente a mi me da miedo el tuyo...

-  Entonces... qué elijes JaeJoong... ¿al pequeño Min que tanto ansias recuperar o al formado Changmin que tonto deseas pero que no soportas en lo que se ha convertido? - El más alto volvió a pegar su aliento en mi mejilla dejando a mi cuerpo totalmente tenso después de todas estas explicaciones e insinuaciones. Su cercanía me desconcentraba, no podía pensar en la pregunta que me acababa de formular y mucho menos en la respuesta.

Al mismo tiempo el joven Min se colgaba de mi cuello acercando ahora sus labios a mi mejilla pero sin apenas tocarla, solo mirándome fijamente, esperando una respuesta.

Ambos me hacia notar mucha presión que me agobiaban... quería levantarme de allí e irme lejos, pensar mas tranquilo y solo, pero no podía moverme. Algo me lo impedía y no me refiero a la fuerza casi inexistente que ejercia el pequeño sobre mi cuerpo si no otra cosa. Algo mas fuerte que mi voluntad me ataba a estar sentado en aquel sofá.

Como no podía moverme solo mantenía mi mirando al frente. Ahora el alto dejo su mano sobre mi hombro y esa presión que me agobiaba iba amantando con el paso de los segundos. Volvía a pedirme una respuesta a una nueva pregunta.

Mi respiración empieza a agitarse, ahora era irregular, realmente me costaba mucho que el aire llegara con normalidad a mis pulmones. El Changmin mas alto me empujo al sofá para que volviera a tumbarme, el pequeño subió mis piernas al mismo, ahora me encontraba nuevamente tendido en el sofá.

- Dime JaeJoong... ¿Me amas? ¿Me amas a mí? - Repetían una y otra vez los dos al unísono.

Las manos del pequeño iban y venían por mi pecho, ahora atrapándola la piel que había bajo mi camiseta. Sus manos eran pequeñas, no era capaz de recordar que las manos de Changmin hubieran sido así nunca.

El mas alto paseaba la palma de su mano de forma sugerente desde el hombro, por mi cuello, volviendo a bajar hasta mi pecho, para luego seguir bajando por mi vientre... sus voces se convirtiendo en leves suspiros a mi oídos. Aunque no estaba seguro de que fueran los suyos y no los míos.

Ahora en vez de angustia sentía... sentía placer. Que dos personas, que se suponen eran diferentes dieran este homenaje a tu cuerpo era sencillamente excitante en todos los sentidos. Mientras el más bajo subía, el más alto bajaba lentamente, dejando a mi cuerpo y mi mente en una constante tensión placentera por saber cuando seria el próximo paso. Me encontraba en el séptimo cielo.

 Ahora el pequeño me miraba tiernamente pero tenia una sonrisa difícil de descifrar, se fue acercando a mi rostro lentamente, cada vez más y mas cerca hasta que algo me pillo totalmente desprevenido.

Me beso, me beso como el niño que es, ese beso se sentía totalmente familiar, era como si un recuerdo volviera a mi mente. Estaba claro, era Changmin, El pequeño Changmin del pasado del cual me enamore. su beso era torpe, sin experiencia, pero lo hacia con tenacidad intentando darme todo el placer que un ser tan pequeño pudieran proporcionarme y si hubiera estado en mis cabales jamás hubiera dejado que un niño me besara pero... no solo le deje hacer, si no que también tome el control del beso, dejando que el también lo disfrutara. El niño urgía por tener algo mas de oxigeno en sus pulmones pero yo no se lo decía, algún día tendría que aprender a respirar por la nariz ¿no?

Cada minuto que pasaba me sentía más y más excitado por aquel beso de guardería aunque no en grado muy elevado, lo que realmente me llegaba a excitar sobre manera eran las manos que se paseaban ahora por mi cuerpo semi-desnudo. Tocaba mi torso casi por completo, dibujando círculos en mi vientre para luego colarse por entre la goma de mi chándal y seguir bajando, rozando así la zona semi-despierta de mi cuerpo que pedía algo mas de atención.

Pero algo iba mal, si, es cierto me sentía excitado pero aunque ellos me tocaban no me sentía totalmente satisfecho. Fue en ese momento en el que me di cuando de que algo no iba del todo bien. Quería apartar a los dos de mi, ahora que era consciente y mas o menos capaz de reaccionar con coherencia pero ellos no me dejaban y aunque mi mente era capaz de darse cuenta de lo que estaba pasando mi cuerpo seguía excitado y no quería moverse.

Cerré los ojos y desee que todo este acabara pronto, al menos eso pedía mi mente por una parte, pero mi cuerpo pedía más, ya que la excitación que sentía no estaba sendo satisfecha. Después todo fue muy confuso.

Abrí los ojos, quite el brazo que aun se encontraba en mi rostro y vi la luz claramente. Me incorpore tal y como hice la primera vez y allí esta de nuevo.

Pero esta vez se trataba del mayor, tenia el ceño fruncido, las piernas cruzadas al igual que los brazos contra su pecho. Enfoque mi vista para poder verle mejor, ahora es el quien suspira.

Ahora era consciente de que todo lo que había pensado que había sucedido anteriormente era solo un sueño, un sueño bastante raro pero que no me desagrado del todo. sonreí tontamente.

- ¿Qué tal has dormido? - Pregunto con voz forzadamente dulce. Hacia mucho esfuerzo para no hablarme rudamente. Me observaba sentando en el sofá muy casualmente.

- mmh... bien... creo, la verdad es que he tenido un sueño muy extraño. - Coloque mi pelo mientras hablaba para parecer tan casual como él.

- Ya lo veo. - Miraba con la ceja enarcada a un punto en concreto de mi cuerpo. Seguí el hilo de su mirada para enfocarlo en la parte de mi cuerpo que le llamaba tanto la atención.

Ahora era mas conciente que nunca de que poseía una rabiosa erección que ni siquiera un chándal tan ancho como el que llevaba en ese momento pudiera esconder.

Tape la parte de mi cuerpo tan despierta con la primera almohada que encontré por ahí. Sentía mis mejillas arder rápidamente. Me sentía avergonzado, hacia ya mucho tiempo que no despertaba con este tipo de sorpresas y mucho menos dejaba que alguien me viera en este estado.

- ¿Y con quién has soñado? si se puede saber, hyung - Preguntaste de forma calmada, y mientras yo buscaba las palabras adecuadas tu mi interrogabas con la mirada. Hasta que me di cuenta de que podía aprovechar de esta situación. Jugaríamos a un juego.

- ¿Celoso? Solo ha sido un sueño, Minnie, no tienes de que preocuparte. - Sonría de manera sugerente mientras dejaba que Changmin cayeran en mi trampa lentamente.

- ¿Celoso yo? te qué, no digas tonterías. - Respondió rápidamente en tono indignado y molesto.

A mi Changmin no me engañaba, sabia que tenia ganas de saber cual era o mejor dicho quien era el motivo de mi estado. Esta situación era divertida hasta el cierto punto, de verdad necesitaba bajar la erección que escondía bajo la almohada.

- Ay Changmin, Changmin... eres tan... lindo... - Al decir esto el aludido volvió a mirarme con la ceja enarcada.

- ¿Lindo?

-Si, en mi sueño era muy lindo... o mejor dicho eres tan... tu ahora... quiero decir... - Reí para luego pasarme la lengua por entre los labios, los senita algo resecos. - Tienes dos personalidades Minnie, ahora me doy cuenta y ahora es hora de responder a la pregunta que me hacías en el sueño. - Me levante quitándome la almohada de encima, empuje tu hombro hasta dejarte totalmente echado sobre el respaldo del sofá y me coloque ahorcajadas sobre ti. - Te quiero, antes y ahora, te ame y te amo igual.

Te quedaste totalmente perplejo ante mi acción y mis palabras, pero no tardaste mucho en reaccionar. Colocaste tus manos en mi espalda baja acercándome más a ti y acomodándome sobre ti. Pero como siempre cometí el error de subestimarte, cuando acerque mis labios a los tuyos, tú los apartaste con una sonrisa en tus labios. Yo hice un puchero.

- Siempre me dices cosas sin sentido y al final acabamos igual, yo satisfaciendo tus necesidades a cambio de nada. Eres un tipo realmente egoísta JaeJoong...

- Hasta ahora nunca te había quejado...

Ahí acabo nuestra conversación. Al fin pude tomar tus labios como quise, de forma demasiado ruda y apresurada por mi deseo febril. Saboree tu boca como quise, introduciendo mi lengua por aquella cavidad tan conocida, rememorando cada rincón de aquí húmedo lugar. Mi piel tomo una temperatura demasiado elevada, cada parte del mi cuerpo en contacto con el tuyo ardía de forma que parecía que me derretía en ti cada vez mas rápida. Ahora ya no era solo yo quien necesitaba atención, tu también te encontrabas en un estado parecido al mió, lo cual me daba cierta ventaja sobre ti.

Compartíamos nuevamente caricias, besos... intimidad. Hacia ya mucho tiempo que no hacíamos nada así, pero no por ello se sentía extraño, más bien nostálgico... Me sentía mucho mejor que en aquel sueño.