lunes, 30 de enero de 2012

Just one more night.



Solo las yemas de sus dedos rozaban la piel de mi cuello, muy levemente, como si pasara una pluma encima de una seda china. Adoraba aquel contacto acompañado de aquel beso.

Siempre comenzaba con un suave roce, como el de sus dedos, seguido de una sonrisa… Si, esa sonrisa que enseñaba esos dientes perfectos y blancos… Ese gesto que hacían sus labios más apetitosos de lo que ya lo eran. Moría por morderle el labio inferior que sobre salía sobre el otro pero él nunca me dejaba, no fácilmente.

Hice un puchero, reclamando un contacto mas prolongado e intenso. Torció la cabeza levemente para tomar mis labios de la forma en la que sin palabras le había pedido. Siempre suavemente… al principio, luego su lengua acaricio la entrada de mis boca, pidiendo permiso para pasar -Permiso concedido- No fue de forma abrupta en absoluto pero me sentí en el cielo cuando, una noche mas, introducía aquella lengua en mi boca, lamiendo… saboreando mi interior sin ningún tipo de pudor, como si fuera suyo, y de alguna forma lo era… ¿Cómo una persona podría tener tanto podré sobre mi cuerpo? no lo sabia y realmente no me importaba.

Robaba mi aliento provocando que de lo más profundo de mi garganta solo fueran capaces de salir leves gemidos de placer. Eran casi inaudibles pero sabia que con uno solo de esos quejidos era capaz de provocarle cosas increíbles, cosas que no provocaba en otras personas, solo a él. Solo contigo puedo compartir esta intimidad, solo esta persona pronuncia mi nombre de esa manera que hacia que se me derritiera el cerebro…

Y otra vez leíste mi mente… Ese ronroneo que salio de tus labios que aun estaban pegados a los míos, era mi nombre.

Clave mis dígitos en tu espalda, arrugando la impecable camisa que se interponía entre mi piel y la suya. No aguantaba mas, necesitaba tomar el control de algo o me volvería loca.

Deje de ser pasiva en aquel beso, sonreí de medio lado cuando vi tu reacción al darte cuenta de lo que iba hacer y te gustaba.

Moví mi lengua al rededor de la suya, en un beso húmedo y si fin, digo sin fin, porque aunque intentara apartarse no le dejaría. Mis manos comenzaron a desabrochar medio a ciegas esa dichosa camisa de marca impregnada de su colonia favorita. Le quedaba tan bien… pero estorbaba -adiós camisa-

Fue un corto periodo de tiempo, quizás unos segundos, en lo que aparto las manos de mi piel para quitarse esta prenda, y ya lo echaba de menos. Aquel contacto que hacia que pequeñas descargas eléctricas subieran y bajaran por todo mi cuerpo.

Ahora era el quien me demandaba a mi, era nuestra competición personal. Quien mas ropas apartaba del cuerpo ganaba y él jamás perdía.

Mordió mi lengua, para luego pasarle la punta como si me pidiera disculpas por ser tan rudo, aunque a mi me encantaba. Perfilo mis finos y enrojecidos labios con la sin hueso, lentamente, maderada y lentamente. Nos separamos y me dio tiempo a contemplar su cuerpo.

Dios… si ese ser era el causante de este pecado que por favor me lleven al infierno ipsofacto.

Su vientre, tonificado y bronceado, marcaba todos los músculos de su cuerpo sin ser de una forma exagerada. Los pectorales perfectamente tarjados eran coronados por unos pezones oscuros y levemente endurecidos -ya me encargaría de trabajarlos mas tarde- Y esos brazos tan bien conseguidos que me habían abrazado y consolado en los peores y mejores momentos de mi vida. Los latidos de mi corazón congestionaban mis oídos y la sangre subió a mis mejillas haciendo que me sonrojara fruto de mi excitación.

¿En que momento te habías desecho mi jersey, camiseta y sujetador? De nuevo me había planteado una pregunta que cuya respuesta no me interesaba en absoluto.

De nuevo me abracé a él, como si estuviera perdía en medio del océano y fuera mi único salvavidas. Clave mis uñas en su ancha espalda mientras sentía sus húmedos besos en mi cuello bajas hasta mi pecho al tiempo que me recostaba en la mullida cama de hotel.

Sus manos subían y bajaban por mi muslo exterior hasta detenerse en el broche de de mis pantalones pitillos, desabrochándolos hábilmente y deshaciéndose de ellos como si no fueran nada impórtate y en ese preciso momento solo eran un estorbo mas. Volviendo a acarician mis piernas provocando que me mordiera el labio al sentir un escalofrió recorrer mi espina dorsal.

Ese contacto tan directo hizo que la temperatura de mi cuerpo aumentara sobremanera y nada iba a bajar ese calentamiento y ahora sus labios se encontraban en mi vientre.

Levanto la mirada y yo la baje para poder observar sus brillantes ojos. Incorporo su tronco para dejar mi cuerpo entre sus piernas después de quitarse lo pantalones y de paso la ropa interior.

Y como dije anteriormente -él siempre ganaba el juego- aunque yo no me queda atrás.

Se tumbo sobre i, no dejando que ni el aire nos separara, pero sin dejar caer todo su peso. Volvió a unir neutros labios de forma desenfrenada, no dejándome tiempo suficiente para reaccionar de una manera cuerda, me deje llevar por los sentimientos que fluían rápidamente. Había tanto que decir, había tanto tiempo, pero nosotros actuábamos en silencio y sin tiempo suficiente para hacer todo lo que deseábamos. Satisfactorio, húmedo y lleno de pasión desenfrenada entran las únicas palabras que le podría colgar a aquel beso. La manera en la que movía sus labios contra los míos, su lengua recorrían nuevamente mi boca pero de forma totalmente diferente. Chocaba mi lengua contra la suya, de forma juguetona y apresurada.

Sus manos ahora se deshaciendo de la única prenda que tapaba mi zona mas intima. Separamos los labios, nuestros pechos se movían de forma arrítmica recuperando al aliento robado.

Intercambiamos miradas llenas de fuego y pasión mientras asentía con la cabeza a una pregunta que él no me había formulado.

Por fin se había decidido, su erección había penetrado lentamente en lo mas profundo de mi a lo que yo solo pude responder encorvando mi espalda mientras suspiraba prolongadamente su nombre.

Mis manos acariciaban su cuello de forma frenética mientras él se movía a penetrándome esa zona resbaladiza y húmeda de mi cuerpo

Mis caderas se movían de forma involuntaria contra su cuerpo, las palmas de mis manos recorrían cada centímetro de su cuerpo. Mi deseo era insaciable y desee que no acabara nunca, quería estar siempre así entre la tortura y el placer.

Nuestras pieles se habían perlado con nuestro sudor, ya no podía distinguir entre mis gemidos y los suyos, que se entremezclaban rebotando en las paredes de esa enorme habitación. Las penetraciones de mi líder iban ahora tan rápido que el éxtasis me hizo pensar que me iba a romper por la mitad en cualquier momento.

Pude notar como todos los músculos de Yunho se tensaban bajo mi cuerpo, levante la mirada. Sus ojos me penetraban el rostro, haciendo que mi cara volviera a sonrojarse si cabe. Por su frente caían unas gotas de sudar por el esfuerzo y el placer. Se estaba mordiendo el labio inferior cuando lo que paso después me pillo desprevenida.

Echo la cabeza hacia atrás, soltando un grito gutural mientras penetraba los mas profundamente que le permitía mi cuerpo. Fue una sensación divina, sentir su semilla dentro de mi, pero aun fue mejor cuando no paro hasta que yo misma sentí mi bajo vientre contraerse, ese pinchazo que indicaba que me iba a venir en cualquier momento. Mi mente se quedo en blanco, solo con el gritito que se aproximaba en mi garganta dispuesta a rasgármela por completo. No quería que esto acabara, no tan rápido. Pero mi cuerpo no hacia caso a mi mente.

Y una noche más, acabamos los dos, Yunho y yo, abrazados… desnudos bajo las translucidas sabanas blancas de un hotel en Corea. Aislados en nuestra burbuja de amor.

Fiasco Hale.

Para @Vell_HyukShii

2 comentarios:

  1. oing oing oing oing umma ;//////////////; mecagoento ya lo sabes! >< como amo este puto one shot!!!
    diooooooooos muchisimas gracias de verdad *-* me animo mucho~me hizo tan feliz que ... sdgysafdtyafdgagdfgshfd ♥♥♥

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  2. que chulo jajaja

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