Una vibración corta indica una mención en twitter, una vibración media
indica un WhatsApp, una vibración larga indica un sms.
Una vez más amanecía. El sol matinal entraba por la rendija de las persianas
semi bajadas de la habitación. Sus cabellos rizados desperdigados por la
almohada brillaban de un color chocolate que no era el suyo, su flequillo
echado hacia atrás, mostrando su amplia frente despejada. Sus piernas se
encontraban entrelazadas entre si de una manera sexy, el pantalón corto azul
con rayas blancas dejaba al descubiertos sus piernas largas y de piel blanca.
Otra noche más se había tirado de mala manera en la cama. Un brazo se
encontraba levantando a la altura de cabeza mientras que la otra tenia el codo
doblado con la palma de la mano hacia arriba, dejando mostrar el objeto que
portaba en sus manos. Un teléfono móvil.
Hacia horas que el aparato tenia una luz encendida, indicando que había
un mensaje.
Cuando los ojos oscuros de la joven se abrieron lentamente molesta por la
luz y por el frió que tenia en sus piernas, decidió meterse totalmente dentro
de la cama sujetando aun su teléfono... Se metió bajo las sabanas, hasta la
cabeza y ahí fue consciente de la luz que no dejaba de parpadear en el móvil.
Se encontraba medio dormía, pero se había pasado parte de la noche en vela
por ese mensaje. Sus dedos se deslizaron rápidamente por la pantalla
de aquel instrumento (del demonio) para al cabo de unos segundo poder descubrir
al fin que era lo que contenía aquel mensaje.
"Te amé demasiado, pero es momento de partir. Cada día estaba lleno de
peleas. Tengo que vivir solo desde ahora. No volveré a llorar nunca más."
Después de leer ese mensaje de forma masoquistas unas 50 veces... casi aprendiéndose
de memoria cada palabra, cada signo de puntuación... pudo apartar los ojos de
la pantalla para mirar al techo de su habitación de forma ausente después de
apartar las sabanas que la cubrían el rostro concediéndole algo mas de oxigeno
directo a sus pulmones.
Las lágrimas no eran capaces de salir de sus ojos, estaban atorados... Su
mente no era capaz de procesar la noticia que acababa de llagar a su teléfono
con tanta facilidad... La tendencia seria pensar que todo podrías ser una broma
pesada... autoengañarse a si misma para pasar el trance con mas facilidad o
simplemente enfadarse por un tiempo, canalizar su ira contra el pequeño objeto
que se encontraba en sus manos... pero no, de sus secos labios salio una voz
ronca que decía las siguientes palabras: Tú, a quien amo, te has convertido en
un precioso recuerdo. Es extremadamente desolador, tú voz no dejará mi mente.
Sayonara...
En su cama se hizo un ovillo consigo misma, abrazando sus piernas... sus
labios temblaban, signo de ser completamente consciente de una realidad, a sus
ojos, terrible. Una pesadilla. Al fin de deslizaron por sus ojos, lagrimas
saladas que fueron perfilando su fino rostro con cuidado, como si lo acariciara.
Pesadilla o no... Sueño o realidad... Daba igual.
Fiasco.
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