lunes, 18 de octubre de 2010

Mi dongsaeng favorito -13-

Las palabras de Changmin me hacia sentir que aun podía haber algo de amor en él por mi, y eso me asustaba. Yo sabia que el seria el unció para mi, y después de todo nunca le dejaría de amar, era difícil después de todo trabajamos juntos, vivíamos en la misma casa, le veía todos los días…. Changmin no entendía que contra mas esperanzas me daba mas me hundía en mi mismo…

La demanda ya daba igual, lo hecho, hecho esta y no me convencería de lo contrario, pero para él e incluso para mi, ese asunto solo era una escusa para poder discutir sobre algo, una escusa para estar juntos, me di cuenta ahora.


Lo que no entendía y nunca llegare a entender, era que si ambos nos amábamos ¿Por qué no estamos juntos? El asusto de que ambos eramos hombres nunca me pareció un impedimento, quizás a Changmin si, el siempre era tan correcto en todo. Pero aun así… había algo mas, algo que yo no sabia.


Él pequeño planeaba quedarse conmigo hasta que volviera a Corea. Porque, lógicamente, no volvería antes, y menos aun por la buenas, eso jamas.


El reloj daba ya las 5 de las tarde, había dormido mas de la cuenta y mi cuerpo estaba agarrotado, por lo que echarle a la fuerza no era una opción. Solo me quedaba dejarle que hiciera lo que le diera la gana hasta que se cansara de esperar o hasta que Yunho le obligara a volver, lo cual era bastante improbable, por que Yunho nunca obligaba a Changmin ha hacer nada que él no quiera, le tenia muy mimado.


Así pues, le deje quedarse a dormir en mi habitación, por supuesto el tendría que dormir en el sofá, que por cierto, era bastante pequeño. A eso e sumabas que Changmin había crecido una barbaridad…

Solo le ponía las cosas un poco difíciles. Esa misma noche, después de ponerle algunas normas, llame a Yunho cuando él se fue a comprar algo para cenar.


-por fin llamas, estaba preocupado ¿te a pasado algo?-dijo Yunho, realmente estaba preocupado por mi.


-lo siento, ayer me enfade de verdad y apague el teléfono.


-….


-Yunho… no me voy a poner a discutir, ahora no. Changmin esta aquí, en Japón, y no se va ha ir hasta que yo no vuelva.


-¡¿Qué changmin esta en Japón?! -grito al otro lado del teléfono.


-no te preocupes, esta bien, se quedara conmigo, no le quietare el ojo de encima.


-sabes que eso no es lo que me preocupa en realidad. Changmin esta…-me puse tenso de repente y él suspiro.-Da igual, ya hablare con él mañana. Le dejo a tu cargo hasta entonces.


-me alegra que aun confíes en mi aun después de haberte traicionado…


-no me has traicionado, simplemente no estamos de acuerdo, eso no es una novedad… por favor cuidaros los dos, los cuatro… ya se que no estamos en los mejores términos pero aun así os sigo queriendo, eso no cambiara.


-lo se y aun así…


-lo arreglaremos, confía en mi.-oír la voz de Yunho de nuevo amable, me cerrar los ojos con fuerza.


-Changmin no sabe la verdad ¿cierto?


-no sabe nada, y quiero que siga así, te ruego que no se lo digas ni a el ni a Junsu.-osea que Yoochun si que lo sabe.-te dejo ya, hablamos mañana.


-adiós, descansa.-cerré la tapa de mi teléfono para terminar de colgar.

Tenia los ojos cerrados todavía.


Me senté en el sofá y eche la cabeza hacia atrás, acariciándome el entre cejo con la mano derecha.

Todo el asunto de la demanda contra SM era solo una tapadera, había algo mas detrás de todo este asunto, y solo nosotros tres sabíamos los detalles.


DBSK. estaba compuesto de 5 cantantes a los ojos de todo el mundo, pero entre bastidores, no eramos mas que marionetas de SM. Aun así era poco lo que podíamos hacer al respecto, lo único que queríamos era cantar y eso hacíamos al principio.

Llevamos una vida medio normal mientras no estábamos encima de un escenario. El trabajo, aunque duro, era reconfortante. Siempre dábamos lo mejor, pero siempre hay pegas en este mundillo. Nosotros no somos personas, somos mercancía, y por ello tenemos que cumplir unas normas. Unas normas que a Yunho y a mi nos a costado mucho que los demás miembros no tuvieran que seguir…


-Hyung, ya he vuelto.-decia el pequeño desde la puerta. Dejo las bolsas en la mesita de cristal, delante del sofa.-me he comprado de ropa para poder cambiarme.


-deberías de haberme dejado a mi comprarte la ropa, tu eres un desastre en ese campo.-dije con una sonrrisa traviesa en la cara. era unas de las pocas cosas que a Changmin se le deba mal. Él solo se sentó a mi lado y abrió una de las bolsas, caso una prenda de color rojo y negro y me la tiro a la cara.

-lo vi de pasada y me pareció que te sentaría bien… -dijo en voz baja.-no hace falta que te lo pongas si no te gusta.


Era un fular, tenia un tacto muy suave. Me levante rápidamente para ponérmelo y mirarme al espejo, verdaderamente me queda bien. Corrí de nuevo hacia Changmin y le abrace con fuerza.


-Gracia, me ha hecho mucha ilusión.-lo decía muy en serio. Él pequeño no me hacia regalo desde hacia mucho tiempo.


-Mira que eres pegajoso, si hubiera sabiado que reaccionarias así no te hubiera regalado nada.-decía mientras deshacía mi abrazo bruscamente. era nuestro “one touch” en todo su esplendor.

Después de la sorpresa que me había dado me enseño la ropa que se había comprado y visto lo visto mañana iríamos juntos a distrito comercial de Shibuya para comprarle algo mas decente y con mas de una combinacion.


Cuando acabos de cenar Changmin me hecho del sofá con la excusa de que estaba cansado y quería dormir. Le saque una sabana y una manta para que no cogiera frió y me fui a la cama también, aunque no tenia sueño.

Decidí revisar mi teléfono por si tenia alguna llamada importante, pero aparte de Yunho solo me habían llamado mi madre y Junsu, que me había dejado un mensaje diciendo que me pasara por la casa de Yoochun cuando tuviera tiempo. Ahora era ya muy tarde para llamarles, así que decidí hacerlo mañana.


Cuando me puse el pijama me metí en la cama y cerré lo ojos. Intente no pensar en nada, o mas bien, intente no pensar en el hecho de que Changmin estaba a solo unos pasos de mi. Pero fue imposible. Siempre que él y yo estábamos a solas no dejaba de pensar en él.

Dieron las 3 de la mañana y yo no podía conciliar el sueño.


De repente oí como algo se movía en la oscuridad y se acercaba a mi en silencio.

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