lunes, 19 de agosto de 2013

Freedomless.



Aun soy capaz de recordar con nostalgia su sonrisa inocente, sus ojos azules llenos de alegría, el trajecito blanco... pero sobre todo su cabello corto peinado hacia un lado, rubio oscuro pero que con el poco sol que salia en mi ciudad, donde vivíamos, se volvía casi blanco. Todos los días me suplicabas que te llevara conmigo, pero no quería que vieras esa parte de mi, cuando... me convierto en un hombre despiadado, sin escrúpulos, capaz de hacer desaparecer una tropa entera sin miramientos, aun después de que se hayan rendido. No, quería que me tuvieras como tu hermano mayor, fuerte, valiente y sobre todo buen hombre. 

Con los descubrimientos de un nuevas tierras, mas fuerte se volvían los reinos y convirtiendose en países, mientras tanto yo luchaba por mantener mi monarquía a toda costa. Me era así muy complicado permanecer al lado de Alfred, enseñarlo todo lo que tenia que saber sobre mi reino para que algún día fuera como yo. Antonino, ese maldito español estúpido, se cree que por tener más colonias y mejores embarcaciones conseguirá mas poder que yo, jamas se lo permitiría. Esta guerra por el mar era una de las razones que me tenían alejado de mi pequeño, la otra razón era él. Francis Bonnefoy quien iba a por la misma tierra que yo. Ya había colonizado gran parte del terreno y obtuvo así un nuevo ahijado Matthew, ese chico iba a estar yendo y viniendo constantemente de Francia a Inglaterra hasta que se culturizara. Al menos haría que Alfred no se sintiera tan solo. Realmente fui un inconsciente, no sabia que la soledad constante que llenaba el vació que yo dejaba en él se convertiría mas tarde en la pólvora que cargaran los mosquetes que encabezarían una guerra entre familias.

Contra mas pasaba el tiempo, mas codicioso me volvía, quería mas y mas y el poder que tenia en mis manos hacia que me descontrolara dejando a Alfred que se criara solo, ese fue mi mayor error. Pensado que había inculcado bien mi cultura, las costumbres de mi país, en él... Deje que toda su frustración mi ausencia le llevara a tomar decisiones que cuando llegaran a mi oídos ya seria demasiado tarde. Entonces fue cuando mi obligaste mostrarte la parte de mi que con un increíble esfuerzo escondía de tus inocentes ojos.

Desembarque un día de abril, de nuevo en casa, había conseguido hundir una flota entera de Antonio, cargada con un montón de oro, una pena pero una victoria al fin y al cabo. Entre en la cocina y algo había cambia. ¿Desde cuando tomaba café y no té? Desde hace cuánto se ha vuelto tan grande. Habías crecido mucho y es cierto que llevaba mucho tiempo sin volver pero... También sus ojos cambiaron de expresión. Ahora me miraban desafiantes y con una determinación que me hizo temblar durante nos minutos. Aunque realmente fueron tus palabras lo que mas me impactaron.

-Quiero independizarme.  -No era capaz de créeme lo que me decía. Continuo. -No es una pregunta, lo voy a hacer, solo te informo de que no volveré por aquí. Quiero que firmes esto y me des la libertad, de esta manera llegaremos a un mutuo acuerdo y no derramaremos sangre inocente. Podemos discuti...

No pude dejar que terminara la frase, rompí los papeles lleno de ira. Me estaba traicionando, él, el chico en el que yo había volcado todo mi esfuerzo por hacerlo grande, quería que fuera como yo. Justo cuando cumplía mis expectativas me viene con que quiere ser "libre". 

-No duraras como país, no vales nada, no he tenido tanta suerte como Antonino de llenarme de oro y tabaco -Derrepente me sentir en guerra y ese "yo" salio a la luz por primera vez, para Alfred. Sabia que le estaba asustado, que mi actitud era extraña para él aun asi no vacilo.

- Quizás no al principio, pero mi país llegara muy lejos, seré la primer potencia del mundo -Me reí en su cara, aun así no paró. -Tengo el apoyo de Francis y sus colonias. -Eso no me parecía nuevo, ese hijo de puta metiendo las narices donde no le llaman. -Como veo que no quieres hacer esto por la buenas -Se acerco a mi oído y susurro con voz seria. -Será por las malas. 

Una guerra había empezado y no solo eso, aun tenia que mantener mi domino en el mar y enfrentarme contra Antonio y Francis ya era complicado antes, ahora tenia una guerra en mis manos aun mas brutal, una guerra entre familias. La mayoría reclamaban una libertad que jamas tendrían a mi parecer y para llegar hasta ella tenia que pasar primero por uno de los reinos mas antiguos y poderosos del planeta. Aun con toda la historia que cargo en mis hombros, el joven Alfrend, con la ayuda de Francis, termino por acabar con el poco espíritu que me quedaba quitándome todo... Todos el tiempo que permanecí con Alfred habían sido algo determinante para la batalla. Él me conocía, yo le enseñe todo lo que sabe y aun así el joven fue mas fuerte que yo, y sobre todo sus ansias de independencia algo que aprendió por si solo fue lo que le llevo a la victoria. 

En septiembre de 1788, un día lluvioso, clave mis rodillas en el barro y por primera vez en mi vida, baje mi cabeza, tire mi arma, y entregue mi orgullo a un nuevo país. America había nacido y tubo que pasar mucho tiempo hasta que volví a recuperarme de aquel golpe. Con ayuda de Matthew que después de volver de mi sueño inducido se fue de mi lado reclamando su independencia también por ambas partes, la mía y la de Francis. 

Aun miro en quien te has convertido y sigo bien a mi dulce Alfred... Y él solo ve a un monstruo despiadado que quiere cortarle las alas.

Terminaste por cumplir tu sueño pero... ¿A que precio?


Emosexuada.

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