La luz entra en mi ojos cortando la oscuridad que me rodea lentamente a través de los barrotes. El olor a oxido y hierro viejo raspa mis fosas nasales, duele. Estos grilletes al rededor de mis muñecas y tobillos me mantienen presa en esta cárcel... Cuanto tiempo voy a estar al borde entre la vida y la muerte. Pudiendo resolver esa pregunta en mi cabeza sigo con vida porque tú no me dejas morir pero irónicamente no me dejas vivir.
Sacudes mi emociones cada vez que te veo. Tiemblo de miedo cuando llegas y de impaciencia cuando te vas. Siento que el aire que llega a mis pulmones es por tú causa al igual que la sangre que derraman mis piernas, manos y uñas. Detesto cuando me acaricias la mejilla y no puedo evitar buscarte con la mirada. Destruyes lo que amas y amas lo que destruyes.
Sacadme de este cuerpo cuando antes. Deseo la libertad aunque tú me enseñaste a temerlo. Lo barrotes y esposas que impiden avanzar quizás solo hayan estado en mi imaginaron todo este tiempo. Quizás y solo quizás... sea yo la uncia que no quiera irse de tú pero entonces ¿Por que siento la necesitad de dar un paso más hacia delante? Quiero probar que puedo. Darme la oportunidad de morir o vivir y que este en mis manos.
Tengo que respirar, no esperar ningún señal, dejar de gritar pidiendo ayudar, nadie me escuchar. Solo mi voluntad y yo... Mis piernas tendrán que obedecerme y nada de esto sera verdad, solo un sueño.
Porque eres como un sueño, y desapareces como los sueños hacen.
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