Entendéis ese sentimiento que, te consume, te ahoga, acaba contigo de un plumazo. Es algo que simplemente no puedes evitar y no sabes como quitarte de encima. Quema como el fuego, todo lo que creías saber hasta ese momento desaparece de tu conocimiento... Nada mas que eso, lo que ha encendido la llama, existe para ti.
Todo tu cuerpo tiembla, de ira, rabia, impotencia. Te sudan las manos y es molesto. Te arde la nuca, la cara, y tu expresión es de puro enfado... No sabes contra que cargar toda esa energía que rápidamente sube de los pies a la cabeza.
No es tuya porque ella no es de nadie. Pero no puedes evitar sentir celos cuando otra mirada que no es la tuya cae sobre sus hombros, sus caderas, pecho... labios. Todo lo que ka hace ser ella exteriormente es algo que no puedes esconder. aunque si que hay algo que los demás no pueden ver y tu si... Sus sentimientos, es algo que solo tú conoces.
Ahora la miras, tan perfectamente quieta, en su vestido... Con sus ojos grandes y expresivos, su delicada figura. Te distrae tanto que por un momento piensas que solo estáis vosotros. Tu mirada acaba en sus labios, gruesos, brillantes.. tiernos.
"No dejes que otro aliento, que no sea el mio, los roce"
Sin querer pronuncias en voz alta aquellas palabras... Maldito tú y tu descuido. Hombre, celoso pero orgulloso, que jamás dejaras escapar la oportunidad para poder captar la atención de esos labios.
Dueño de ti mismo, esclavo de todo lo que sientes.
Ella que nunca te negaría el sabor de su sonrisa. Se sonroja, te lo dedica y de nuevo caes... Caes de rodillas y no te arrepientes. Pecadores son los jóvenes, pecadores son sus labios. Complacientes de vivir su juventud, sin arrepentirse... y cuando a la muerte quiera abrazarlos, estarán juntos, felices de no arrepentirse de nada.
Mikki.
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